Triste historia
Descansaba el desierto de cabellos azules
esperando la noche, amante y enemiga,
la envolvió un falso velo de esperanzas y tules
y anhelaba su beso como el trigo a la espiga.
Descansaba la noche de cabellos oscuros
esperando al desierto, apuesto y desolado
le esperó con promesas y con ruegos futuros
y voló como el viento al llegar a su lado.
Descansaba el desierto, descansaba la noche,
se esperaron eternos, sin mostrar cobardía,
se esperaron ardientes, sin hacer un reproche,
descansaban cansados del engaño del día.
Descansaba aquel día de cabello canoso
esperando la noche, esclava y compañera,
la escondió como siempre tras su cuerpo celoso
y fundió aquel desierto, moribundo en la espera.
Descansaba la noche…, descansaba el día…,
moría el desierto de amor…, descansaba la noche
muriendo tras el día…, esperando al desierto.